Elogio de los libros

29 agosto, 2013 - 11:23h
Mujer leyendo de Henri Matisse

Mujer leyendo de Henri Matisse

“El libro es la extensión de la memoria y de la imaginación”, dice uno de los personajes de El Surla película de Carlos Saura basada en una narración de Jorge Luis Borges. “Sí”, le contesta otro, “aunque algunos son peligrosos”.

Los libros nos ofrecen visiones de los mundos pasados y presentes, hacen a las personas más imaginativas, inteligentes y libres. Pero también pueden servir para adoctrinar y alimentar ideas preconcebidas. Por eso han sido utilizados o prohibidos por todos los absolutismos (religiosos, políticos o patrióticos) en cuyo nombre se ha oprimido o se sigue oprimiendo la libertad.

Supongamos por un momento que eso ya es historia, que ya nadie quema libros, que los tenemos como buenos compañeros, tal y como ocurre en las diversas ferias del libro que se celebran en España en la primavera o en los múltiples actos de presentaciones de las novedades. De lo que se trata entonces es de convencer a los ciudadanos de que hay libros para todos, que la inteligencia y el placer de leer no tienen por qué ser patrimonio de unos cuantos autores y lectores, sólo de los más cultos.

No todos son ferias y celebraciones, sin embargo, y los libros tienen también muchos enemigos. Hay a quienes les molesta la inteligencia y la libertad de los demás les pone nerviosos. Nunca hablan de libros y les fastidia que los demás sepan, que haya ciudadanos que se pregunten por qué las cosas son así y no de otra forma, que recuerden las historias que a ellos no les gustan. Hay que mirar al futuro, suelen decir. En sus vanos sueños de fama y riqueza, no caben los libros.

Por eso, siempre es tiempo de recordar a los políticos que, además de la crisis, los recortes y la basura informativa, existen los libros, esas historias y cuentos maravillosos con los que se nos invita a sumergirnos en el pasado, capturar realidades imaginarias o viajar al futuro. Los libros, además, como los votos en las democracias, nunca dicen la última palabra, siempre vienen otros después para hablar con distintas voces, señalar nuevos caminos y sugerir diferentes puntos de vista.